Hace ya algunos meses que terminamos el proyecto cajas con historia sin demasiado éxito. Pensaba que mi alumnado se entusiasmaría algo más en realizar estas pequeñas cajas donde contar parte de sus recuerdos, su historia, su personalidad, o sus gustos.
No se muy bien cual fue el problema, pero el caso es que este trabajo no consiguió emocionar a la mayor parte los chicos y chicas, y por mucho que intenté alentar, dar ideas, proporcionar materiales, la emoción e interés brillaron por su ausencia durante los meses que duró el proyecto.
Propuse a mi alumnado contar alguna historia personal utilizando un caja como soporte, emulando el trabajo de Joseph Cornell, nuestro artista referente en este trabajo. Pedí a los chicas y chicas inspirarse en el trabajo de Joseph Cornell cuidando con mimo los detalles, incluyendo objetos importantes para ellos, pequeños objetos personales que tuvieran en casa, recuerdos, pequeños tesoros.
Para buscar la idea empezando por escribir detalles de nuestra biografía en una tarea que llamamos: 25 cosas sobre mí. Puedes ver la propuesta en la entrada «cajas con historias».
Con esa guía y en pequeñas charlas con cada uno de los alumnos y alumnas, fuimos buscando la manera de recrear esas historias a través de metáforas visuales que intentarían representar de alguna manera en las cajas. Les fue ayudado uno a uno a mostrar esas ideas en bocetos.
Sólo quedaba buscar los elementos, los materiales y ponerse manos a la obra, pero pasaba el tiempo y las cajas no avanzaban. Mi alumnado en general venía a clase sin esos objetos interesantes y por lo tanto no conseguía que la factura plástica de sus cajas tuviera algo de calidad. Puede que fuera demasiado difícil para ellos, no sé, seguramente.
Un buen día decidí que el tiempo se había acabado y de todo el grupo de cuarto sólo unas pocas cajas mostraban la calidad que al menos yo deseaba encontrar. Algunas han estado pendientes de pequeños arreglos o terminaciones para poder ser expuestas en nuestra próxima exposición colectiva del grupo Enmodoarte en la casa de las Sirenas de Sevilla.
Hoy al verlas de nuevo con detalle para subirlas al blog, después de estos meses en los que han estado en el aula como en barbecho, creo que al menos estas pocas que os quiero presentar son bastante interesantes.
Quiero felicitar especialmente a María Torres por su trabajo y su valentía. Desde el principio tuvo muy claro lo que quería hacer y su caja su caja es un recuerdo u homenaje a su madre. Ha trabajado con autonomía pero también ha sabido recoger cada pequeño detalle que se le ha sugerido para mejorar su obra.
Gracias y felicidades a todos los que con ilusión habéis trabajo en vuestras cajas. Estoy segura de que dentro de unos años seguirán en vuestra casa decorando la habitación y os hará mucha ilusión tenerlas.
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