Aunque tarde respecto al calendario previsto, como suele ser habitual en mi,  ya tenemos todo organizado para montar nuestros altares de muertos. Mis chicas y chicos han trabajado de lo lindo

También como siempre que imagino una actividad el trabajo para poder llevarla a cabo ha sido tremendo. Había muchas, muchas, muchas cosas que hacer y organizar. No sólo la parte del trabajo creativo en el aula que ha consistido en hacer las flores de cempasuchil, el papel picado y las calaveras, sino la labor de organizar a tantos chicos y chicas a la hora de  repartir encargos para tener todos los materiales necesarios para los altares:  mobiliario para hacer un montage tipo escaleras (todos los almacenes del instituto han quedado debidamente saqueados), buscar telas para cubrirlos, las velas, cestas, cuencos y jarrones, marcos, fotos de los difuntos, objetos que los identifiquen, comidas y bebidas, ….ya os hacéis una idea del «embolao» supongo. Si organizar era un lío, no os digo nada del momento de recoger y almacenar todas las cosas por grupos hasta el día en que vayan a montarlo.
La verdad es que el alumnado se ha entusiasmado con el proyecto y aunque hay algunos, como es lógico, que van racaneando, la mayoría ha estado encantado de traer cosas y colaborar. Tengo varios grupos que van ha hacer incluso en su casa el pan de muerto. Han buscado recetas e ingredientes y van a quedar en las casas para hacerlos. Supongo que sus mamás echarán más de alguna ayudita, pero han prometido hacer fotos del proceso para luego mostrarlas a todos. Si no quedan muy bien es lo de menos.
En la propuesta inicial animé a los chicos a trabajar con todo tipo de materiales. La técnica para hacer las calaveras o catrinas era libre. Esculturas con barro o plastilina; dibujos o pinturas; muñecos articulados tipo recortable; fieltro e incluso comida.
Pues bien ha habido de TODO. Los que han elegido hacer un pastel han tenido que dibujar un boceto a color dejando por escrito los materiales que van utilizar para decorar  la superficie.
Han sido días de trabajo, bullas, trabajo, bullas y mucha ilusión. Desorden y caos también, claro, para que os voy a engañar profes, pero ha merecido la pena de verdad. Días en los que la crisis de la educación y el ogro malo del ministro Wert se me han olvidado.
El resultado de los trabajos es más que sorpredente para alumnos que acaban de aterrizar en el IES y en primaria no han hecho mucho más que colorear y recortar.
En esta entrada quiero dejaros algunas fotos del proceso de trabajo y  muchas imágenes de las calacas pero quedan muchas más. Hay tres o cuatro magníficas de las que dudo de la autoría (¡¡¡¡ahiiiiii esas mamás artistas!!!) pero de las demás respondo plenamente de que las han hecho mis chicos y chicas de 12 años.
La semana que viene se montarán los altares y las fiestas. Utilizaremos dos horas, la de nuestra  clase y otra prestada. El lunes 1º D, el miércoles 1ºB y el viernes 1ºA. El grupo de 1º C está algo descontrolado y por el momento está castigado sin altar. Si son capaces de comportarse en su clase del miércoles los perdonaremos. ¡Lo mejor está por llegar! 

 

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