Cinco cabezas, diez manos, un sólo corazón 
Este el lema que utiliza el grupo Boa Mistura como presentación de su trabajo.
Boa Mistura lo componen cinco  jóvenes talentos:

 

  • Javier Serrano Guerra. Arquitecto por la ETSAG, especial-
    izado en Paisaje en la IUAV de Venecia.
  • Juan Jaume Fernández. Licenciado en Bellas Artes por la
    rama de Artes de la Imagen, en la Universität Der Künste de
    Berlín.
  • Pablo Ferreiro Mederos. Licenciado en Bellas Artes por la
    especialidad de Diseño Gráfico en la Aalto School of Design
    de Helsinki.
  • Pablo Purón Carrillo. Ilustrador y Licenciado en Publicidad
    y Relaciones Públicas por la URJC de Madrid.
  • Rubén Martín de Lucas. Ingeniero de Caminos, Canales y
    Puertos por la UPM de Madrid. Artista plástico.

 

Un grupo multicisplinar con raíces en el graffiti nacido a finales de 2001 en Madrid. Su trabajo se desarrolla casi siempre en espacios públicos en paredes de todo tipo de  edificios y en distintas partes del mundo.
En palabras extraídas de su web :
«Amamos lo
que hacemos. Entendemos nuestro trabajo como una herramienta para transformar la calle y crear vínculos entre las
personas. Sentimos una responsabilidad con la ciudad y el
tiempo en el que vivimos».
Para el día de los enamorados se me ocurrió hacer un mural emulando uno de sus trabajos. En concreto este:

 

Este día tan comercial y  normalmente sexista me gusta utilizarlo para darle la vuelta con un airecillo menos ñoño. La filosofía del buenísimo me invade normalmente y Boa Mistura tienen ese aire buenista pero tan moderno, cañero y super profesional que me encanta.
Al hacer el mural para el día de enamorados, metiéndolo con cazo en el día a día de mi trabajo en el aula este trimestre, el objetivo era doble:

 

  1. Por una parte presentar a mis alumnos el trabajo de artistas contemporáneos jóvenes que utilizan el arte para hacer de este mundo un lugar más bello y amable.
  2. Y por otro desviar la palabra amor de la relación de pareja al trabajo. Al amor hacia el trabajo como fuente de disfrute.

 

Nuestros alumnos pasan horas y horas en el IES muchos de ellos «perdiendo su tiempo y su vida». Si alguien les cuenta de vez en cuando que la única manera de ser feliz es disfrutar en cada momento de lo que haces, a lo mejor les iría mejor.  Y a veces ver una imagen cada día al pasar a clase  vale más que mil palabras.
Independientemente de todas estas comeduras de tarro, que por otro lado son tan sesudas, hoy tengo justo delante de la puerta de mi departamento un maravilloso mural que desborda color y me saca una sonrisa cuando el día está de color caca.
El mural está pintado con tiza sobre una pared de ladrillos y decorado con corazones de colores pegados.
Con un troquel en forma de corazón, cortamos unos trabajos que teníamos hechos del año pasado con acrílicos basados en el punto sobre la obra de Yayoi Kusama. Como no dio tiempo a montar la instalación en su momento porque me quedé sin curso, se me ocurrió reutilizar las láminas para este mural.

 

El mural lo comencé en la semana del día de los enamorados con mis cursos  de 2º ESO, dedicando un ratito en cada clase. Salían poco a poco los chicos y chicas a pegar corazones al pasillo,  pero se quedó inconcluso y lo hemos ido haciendo en horas de guardia con distintos alumnos voluntarios. Hoy dos pedazo de artistas alumnas de mi compañera Lola, le han dado un buen achuchón, y  aunque no está del todo terminado, creo que podemos presumir ya de él.
PUERTA DEL DEPARTAMENTO DE DIBUJO Y PASILLO DESDE QUE SE ACCEDE A LAS AULAS DE DIBUJO EN MI CENTRO